La innovación es el estado adaptativo que permite asegurar la supervivencia y la convivencia, no es un estado excepcional fruto de un momento inspirativo, mágico, azaroso…, es la EVOLUCIÓN RESPONSABLE.

El entorno social en que vivimos va aumentando la rapidez en que ocurren las cosas y la incertidumbre en que va ocurrir.

La respuesta usual que damos es la complejidad, aunque lo recomendable seria la simplicidad, pero ello implica renunciar a muchas cosas que creemos que son imprescindibles porque ya las hemos incorporado en nuestra manera de vivir la cotidianidad.

Las certezas que nos daban seguridad cambian y aparece la urgencia de volver a construir nuevas certezas sobre las cosas, los hechos y nosotros mismos. Necesitamos adaptarnos para poder conservar lo que hasta ahora nos ha permitido preservar la capacidad de seguir aprendiendo y convivir.

Si la innovación es la evolución responsable, cuales son las consecuencias de la no respuesta delante de la insistencia de la propia experiencia y de la demanda recurrente de los que nos rodean: la INVOLUCIÓN IRRESPONSABLE.

En educación las evidencias de la experiencia y la comprensión de la misma nos dicen que los humanos configuramos nuestro carácter y personalidad de 0 a 6 años, que nuestra capacidad de atención es limitada , que para aprender hay que construir relaciones y vínculos significativos,  que las fortalezas son la llave que nos permiten abrir nuestras potencialidades, que la palabra y la construcción de narraciones nos amplia lenguajes y capacidad de comprensión, que la diversidad y  la variabilidad en formas de hacer y ser hacen sostenibles las comunidades, entre otras muchas.

Innovar en educación es poner a educadores con mucha experiencia y con buenos sueldos a  construir las bases del sentir y pensar a los  niños y niñas en convivencia, que las aulas sean lugares seguros donde disfrutar el gozo intelectual de aprender , en movimiento, viéndonos unos a otros, que podamos narrar y contar  conectando experiencias y saberes distintos , de poder mostrar lo que sabemos explicándolo, dejando de contestar un sinfín de preguntas de test como si la vida a cada pregunta que se nos presenta tuviera una única respuesta.  Es valorar las fortalezas de cada niño y joven y desde ellas ampliar lo que puede mejorarse o ampliar.

Innovar en educación es vivir la diversidad biológica de la naturaleza y consecuentemente educar seres humanos diversos que viven en entornos donde las cosas son probables, dejando de trabajar para homogenizar curriculums como si los humanos fuéramos homogéneos.

Innovar es encontrar lo común de lo diferente, es compartir procesos vitales y pensar en múltiples dimensiones, la realidad es compleja y la mirada y el pensamiento que la permite comprender es global y sistémica.

Es que los jóvenes puedan disfrutar del acto de descubrir, dejando de estar pendiente de obtener una nota que les permita acceder a dar lo mejor de ellos mismos. Y que al llegar a la Universidad los reciban educadores que los provoquen y seduzcan para potenciar su frescura, que los miren a los ojos y que sientan que están en el aula con ellos porque quieren compartir conocimiento y aportar juntos conocimientos que permita mejorar la calidad de vida de la comunidad en que se criaron, pudiendo construir su propio camino de conocimientos para hacerlo posible.

Y que cuando lleguen al mundo laboral puedan equilibrar su tiempo profesional y personal, dejando de ser considerados por las horas de presencia, aunque la productividad descienda por falta de atención. Que haya espacios donde aportar, dejando de obedecer a estrategias donde ellos no se han podido vincular y aportar su pasión y saber. Poder ser únicos, expresando su talento sin ser rechazados por no ser como los que le contratan, que siguen creyendo que la homogeneidad es más cómoda de gestionar, aunque intuyen que la variabilidad es la que puede asegurar el futuro y que una organización donde todos saben lo mismo y todos no saben lo mismo, no es sostenible.

Innovar es dar respuesta, rompiendo el individualismo y convivir, haciendo de la comunidad un lugar donde conocer y reconocerse mutuamente. Participar de lo común, haciendo que las cosas sean posibles, corresponsabilizándose de lo público, comprometiéndose más alla de nosotros mismos. 

Sabemos todo esto y mucho más, los educadores en las escuelas y los profesionales en las empresas, lo saben porque lo viven cada día y muchos sienten la necesidad de dar respuesta y la dan, los científicos porque lo demuestran y seguirán aportando evidencias que harán insoportable no dar una respuesta contundente, y los gobernantes porque se lo han contado y esperan que la presión lo convierta en prioritario.

Hay educadores, profesionales, políticos comprometidos para que niños y jóvenes puedan construir su espacio de encuentro y convivencia, reconociéndoles su capacidad de evolución responsable.

Pero también hay miedo a perder lo que silenciosamente vamos perdiendo, para conservar unas certezas que se esfumaron y la falta de gratitud por lo vivido y valentía para abrir nuevas maneras de hacer y sentir.

Demasiados silencios y actitudes impiden y enlentecen las respuestas necesarias para no involucionar.

Queremos y necesitamos un futuro que nos permita poder sentir la dignidad de ser humanos.

Un comentario

  1. Ben vist i apuntat , Joan! Si estàs compromés amb aquest tema i si et ressona parlem un dia de com catalitzar la transformació.
    Bones Festes i els millors desitjos per aquest 2018

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