«Participamos desde la infancia de múltiples redes de relación, donde aprendemos a ver y ser vistos a reconocer y ser reconocidos, construyendo nuestra propia visión del mundo desde nuestra subjetividad y la de los otros.»

Surgimos del encuentro entre dos personas, ya en el vientre materno comenzamos a interactuar, nos implantamos en otro para nutrirnos, crecer y dar. Aparecemos a partir de una relación y nos formamos en la relación con nuestra madre, para luego ser co-creados en los afectos y la conversación de la familia y la comunidad donde aparecemos.

Los que nos aguardan lo hacen desde alguna emoción, muchas veces desde el amor y la ilusión, en otras desde la tristeza, el miedo o la angustia. Sin embargo, cual quiera que sea el tono emocional y la narrativa en la que entremos al mundo, ingresamos en una red de relaciones desde la cual comenzamos a ser sentidos, interpretados y descritos por otros.

Aprendemos que existen otros y que ellos me configuran a mí desde el momento en que me relaciono con ellos. Descubrimos que “yo soy otros”.

El vínculo fundamental de la trama relacional de la vida es la relación que tenemos con nosotros mismos, esta relación es la que nos abre o cierra posibilidades de compartir con los otros, este es el vínculo que nos acompañará toda la vida y determinará en gran medida cuán feliz podamos ser y cuán felices podamos hacer.

Nacemos y nos reciben persones que configuran una red de emociones, presencias y ausencias que llamaremos RED PRIMARIA compuesta por aquellas personas que amamos y nos aman, personas que tienden hacia la aceptación positiva e incondicional de uno, aquellos por los cuales vivimos y para quienes vivimos, son la red de soporte y contención emocional, es el lugar seguro, donde soy conocido con mis defectos y virtudes, un espacio donde la única exigencia es lograr reciprocidad en los vínculos de esa red.

Por otro lado, desde tiempos remotos los seres humanos hemos necesitado colaborar para poder sobrevivir, este espacio de colaboración que hoy toma la forma en el mundo del trabajo, la denominamos RED SECUNDARIA.

La red secundaria es un espacio de aceptación activa, la aceptación se produce por la capacidad que tengamos en generar valor en la relación. Son las redes sociales y profesionales donde los otros esperan que se pro­duzcan transacciones que generen beneficios mutuos.

Las redes en que convivimos son espacios de encuentros y desencuentros, la intención del trabajo desde el Modelo de Transformación Relacional (TRM) es eliminar vínculos dañinos para mantener, cuidar y crear vínculos que permitan llenar de sentido a la relación y ala vida.

El desafío es construir unas redes donde podamos reconocer y ser reconocidos por los otros.

( Notas del libro RELACIONES PODEROSAS que estoy escribiendo con Arnoldo Cisternas)

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