Percibimos a los otros desde nuestra propia subjetividad, construida con el valor que damos a todo lo vivido y con lo que hemos incorporado de todo lo que hemos oído de nosotros.

Cuando hacemos una descripción del otro, no estamos definiendo al otro ni quien es, ni cómo es.

Narramos a los otros con lo que podemos ver desde nuestra propia mirada subjetiva.

Nuestra valoración, aunque no los describe, va a condicionar su manera de relacionarse con nosotros, con los otros, en el ahora y en un futuro.

Construyamos las relaciones mirando y viendo las potencialidades y fortalezas propias y del otro.

Reconozcamos las singularidades de los otros.

Legitimar la singularidad del otro es condición necesaria para construir un vínculo desde el reconocimiento.

Re-Conocer al otro, es dar valor a como es y lo que hace. Condición necesaria para cooperar y compartir caminos de convivencia.

Relacionémonos para que cada persona pueda ser, sin tener que someterse a nuestro propio relato sobre lo que se tiene que hacer y como se tiene que ser.

Démonos la oportunidad de ser Re-Conocidos sin tener que dejar de ser.

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